Ingredientes:
3 kg de repollo blanco
60 g de sal
1 cucharada de trigo o cebada molidos
4 hojas grandes de repollo enteras
Preparación
Lavar y secar muy bien un frasco de vidrio. Poner el trigo o la cebada en el fondo del frasco, y colocar encima 2 hojas de repollo machacadas (sin quebrar). Lavar el resto del repollo y cortarlo en tiritas muy finas o rallarlo. Tomar una parte del repollo rallado (suficiente para formar la primera capa) y triturarlo en el mortero hasta que despida su propio jugo. Espolvorear con parte de sal y colocar algunas bayas de enebro. Repetir el procedimiento hasta utilizar todo el repollo. Cubrir con dos hojas enteras, machacadas sin lastimar y colocar, cubriendo todo con un repasador o un pedazo de tela. Añadir una tapa que cubra bien y que pueda presionarse hacia adentro del recipiente. Poner un peso encima y conservar el recipiente en un lugar cálido, a unos 24ºC. A los cuatro días, quitar la espuma formada en la superficie, lavar la tapa y volver a cubrir. Repetir esta operación cada dos días, hasta que no se forme más espuma, y dejar fermentar unos días más. Colocar en frascos de vidrio bien tapados y conservar en la heladera.
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